Estudios de organismos internacionales como la Agencia Nacional de Tránsito (NHTSA) de Estados Unidos, afirman que para estas épocas decembrinas, personas estresadas, impacientes e impulsivas, los muy lentos o inseguros y los de mal genio, son los individuos que generan el mayor número de problemas de tránsito en cualquier ciudad.
Sin embargo, son los estados de ánimo de las personas los que pueden influir aún más, para bien o para mal, en el comportamiento de un conductor en la vía.
Para Sandra Isaza, psicóloga de la Universidad de La Sabana, “en esta época del año suelen exaltarse las emociones de euforia, tristeza e ira (…) con la alegría exacerbada somos más confiados, luego se incrementa el riesgo de desestimar el peligro de pasarse un semáforo en rojo. Pero también con profunda tristeza, suelen desconocerse las señales externas de alerta que pueden evitar un siniestro”.
Ahora bien, si al estado de ánimo se le suma el estrés que genera el tráfico en las ciudades y carreteras propias de estas festividades, se genera competitividad frente a los otros actores de la vía, la cual se puede convertir en agresividad o ira. Recuerde que el estrés, el mal genio y el afán, son detonantes de los comportamientos agresivos frente al volante.
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